VILLA EL SALVADOR: LA MUERTE DE ALAN GARCIA PEREZ

¿QUE SIGNIFICA LA MUERTE DE ALAN GARCIA?

La muerte de Alan García cogió de sorpresa a la clase política peruana y a las autoridades.

En Perú desde hace dos años se viene empleando la “prisión preventiva”, como un arma política, para destruir la imagen pública, de políticos que le son antipáticos al régimen actual. Aunque este rechaza tajantemente que así sea, que este detrás de estos pedidos de “prisión preventiva”, la nación sabe que es así.

Así tenemos a Keiko Fujimori, líder del partido político más grande y organizado del Perú, sufriendo cárcel, sin haber sido denunciada por la fiscalía penal, por ningún delito. La prisión preventiva se extiende a la detención preliminar. ¿Qué es una detención preliminar? Pues nada menos que el encarcelamiento, del acusado.

Ya organismos internacionales han señalado que en Perú se abusa de la prisión preventiva, pero eso al régimen poco le importa y usa como disculpa, de que está luchando contra la corrupción.

Es así que en Perú, bajo el pretexto de la lucha contra la corrupción, han estado presos sin denuncia, sin proceso penal público, sin sentencia Ollanta Humala y Nadine Heredia, Ex Presidente y Ex Primera Dama.

Con Alan García se pretendía hacer exactamente lo mismo que se ha hecho de manera abusiva contra Keiko Fujimori.

La fiscalía pretendía encarcelarlo por diez días y luego pedir una prisión preventiva por 36 meses (tres años).

Se le quería presentar públicamente: esposado, con chaleco de “detenido”, se le quería pasear por todo Lima, esposado y encarcelarlo como un delincuente común. Meterlo en un penal y eso, para poder así generar titulares internacionales y a nivel nacional, sobre su detención.

Si hubiere sido detenido, Alan García estaría hoy siendo exhibido como un trofeo, como un corrupto de lo peor, como un maleante.

Para evitar ese escarnio, esa catarata interminable de humillaciones públicas, para no ser retratado como un delincuente, presentado ante el mundo como un criminal, similar a los de la mafia siciliana de Italia, es que, Alan García, decide acabar con su vida.

Mejor es morir con honor, que ser escarnecido públicamente con insultos, titulares en pasquines y tabloides y ser la noticia internacional, en la que se diga que se trata de un corrupto más.

Esto último es absolutamente intolerable por un hombre de bien, que dio su vida por el país y que lo gobernó dos veces.

Con su muerte, la acción penal se extingue con respecto a él. Alan García no puede ser juzgado, ni mucho menos sentenciado, estando muerto.

Aunque en Perú, hay maniáticos que pese a su muerte, pretenden juzgarlo incluso muerto. Lo que es inconcebible y un acto de mezquindad política.

Alan García murió, por suicidio, para no fallarle a su familia, a sus hijos, a su pueblo que lo llora y acompaño en su sepelio. Para no fallarle a su Partido Político el APRA. Mejor morir con honor, a vivir sufriendo un martirologio a mano de los enemigos políticos. En Japón, una manera de morir con honor es el Harakiri.

El harakiri es un término japonés utilizado para definir una especie de ritual de suicidio, el cual consistía en el destripamiento. Esta práctica era muy frecuente entre los samurái quienes preferían morir por sus propias manos antes de vivir una vida deshonrada.